martes, 29 de octubre de 2013

Tutorial: Trabajando el cuero - El hueco relieve


Tutorial: Trabajando el cuero - El hueco relieve

En este tutorial, voy a mostrar una técnica para la decoración de cuero. Técnicas hay muchas, y en función del tipo de piel que tengamos entre manos, nos van a resultar más convenientes unas y otras. Podemos ver  una explicación de las técnicas más habituales.
Lo que vamos a realizar es un  o  un cacho de cuero de vaqueta. He entrecomillado ambas palabras porque no es exactamente ninguna de la dos.
Lo normal en estos casos sería repujar el cuero, pero la vaqueta (como muchos ya sabréis) es un cuero por lo general bastante grueso, y aunque se puede hacer, es bastante reticente a esta técnica.
El repujado implica poner el cuero sobre plastilina, y hundir (por la parte de la carne) con buriles, hasta conseguir la profundidad adecuada. Cuando le damos la vuelta, obtenemos un relieve estupendo.
Como ya he dicho, la vaqueta en función de su grosor y dureza se resiste bastante, por lo que tendremos que usar otra técnica, que podría ser bien el  o el  (que es la que yo voy a utilizar).
Diferencias entre las distintas técnicas
La principal diferencia entre relieve y hueco relieve es que el primero consiste en hundir el fondo y el segundo en hundir el dibujo, como se observa en la siguiente imagen.
Cuero decorado con grifos rampantes

Materiales necesarios

  • Cuero de vaqueta: de unos 2 o 3 mm de espesor.
  • Tinte para cuero: en mi caso me decidí por el negro.
  • Betún de Judea.

Herramientas necesarias

Unos buriles (como los que se usan para modelar) son lo más indicado para realizar esta técnica. Se pueden conseguir en tiendas de manualidades, y los hay con multitud de cabezas. Para mí las más útiles son las palas (sobre todo la pequeña).
Distintos buriles para repujado
Si no podéis disponer de ellos, hay maneras de improvisarlos. Véase como ejemplo mi primer escarceo en esta técnica (la foto de los grifos enfrentados que puse más arriba), está realizada con un destornillador plano pequeño y un remache ciego de aluminio, emulando al buril de pala y al de bola respectivamente.

Tutorial

La técnica del hueco relieve, consiste en hacer un hundimiento del dibujo por la flor del cuero, trabajo que realizaremos con los buriles.
Se denomina (artísticamente) hueco relieve, a los dibujos o figuras que están por debajo de la superficie de la pieza. Esto es muy común en los , y se suele emplear para denominar trabajos en piedra.
Antes de nada, y de intentar algo complicado, coged un retal de cuero de la pila de "piezas defectuosas" y haced unas pruebas con formas sencillas, probad acabados, técnicas de tintado, etc. Ese tipo de cosas que después evitan errores irreparables en la pieza que debía ser definitiva.
Lo primero, como de costumbre, es saber que dibujo se va a hacer en el cuero. Claramente hay dos opciones, o buscar algo por internet que nos guste, o dibujarlo nosotros mismos.
Yo busqué por internet, y me decanté por una silueta de dragón (que típico), entre las cuales me quedé con esta, que aunque es un poco grande, me parece de una dificultad extrema, por lo que ganó muchos puntos.
Dragón tribal para realizar sobre cuero
¿Y ahora como trasladamos ese pedazo de dibujo al cuero?
La opción más lógica es quizá la más estúpida, y es dibujarlo a mano. Ya os digo que lo descartéis a no ser que seáis unos fuera de serie.
La segunda opción, mucho más fácil de realizar, es imprimir la silueta, poner el papel sobre el cuero, y repasar con un lápiz por encima de todos los bordes. Cuando levantemos el lápiz, tendremos la silueta en el cuero.
La tercera opción (que es la mejor de todas) es imprimir la silueta, pero en vez de trasladarla directamente al cuero, es pasarla primero a papel cebolla (también puede imprimirse directamente sobre papel cebolla), y después con el papel cebolla, traspasarlo al cuero.
Dibujo traspasado a papel cebolla
¿Por qué hacer este paso intermedio?
Principalmente para evitar que si se nos mueve (por cualquier motivo) el papel (nos demos cuenta o no) poder rectificar la posición del mismo con seguridad, puesto que el folio blanco normal no transparenta y nunca sabemos a ciencia cierta si la cosa se ha movido o está bien puesto, y puede acabar siendo un desastre. Como alguno comenta por este mundillo, "te enseño mis errores para que los cometas tu".
Os recomiendo humedecer un poco el cuero antes de trasladar el dibujo, para facilitar la operación de perfilado.
Humedeciendo el cuero con una esponja
El perfilado yo lo realizo con el buril de punta, pero con un lápiz o un bolígrafo también puede servir.
Perfilamos el dibujo sobre el cuero
Una vez el dibujo está en el cuero, lo remojamos muy bien, y preparamos un bol de agua y una esponjita para ir humedeciendo el cuero, que se secará a medida que trabajamos. Y con esto estamos listos para empezar a hundir.
Dibujo trasladado al cuero
Primero perfilar con un buril de punta. Tened cuidado en este punto con bordes que estén cercanos. ¿Por qué? Principalmente, porque la capa mas externa del cuero, aunque flexible, cuando hundes un punto, tiende a tirar de toda la piel que hay a su alrededor.
Me ha quedado un poco mística la explicación, pero haber si con un dibujo lo explico algo mejor. En definitiva lo que pasa es que si hay 2 bordes hundidos cerca, uno va a tirar del otro (deshundiéndose mutuamente) hasta que, con paciencia, estiremos la piel, y permita tener las dos partes hundidas.
Efectos producidos por hundir una sección de piel
El dibujo representa a la izquierda la piel antes hundir nada, y vemos como los cuadrantes están rectos, al hundir (en la parte de la derecha) la zona oscura, vemos que las líneas antes rectas, se curvan hacia la zona hundida. Como ya digo, la manera de evitar esto, es paciencia y repasando todos los borde cada poco tiempo.
Nota posterior
 En los comentarios de esta entrada, dan como posible solución a este problema repasar con cúteres de precisión las siluetas. Lo he probado, y aunque el acabado no es exactamente el mismo, facilitar mucho esta labor. Así que podéis primero perfilar con el cúter de precisión, y luego comenzar a hundir. 
Hundiendo el dibujo
Para hundir zonas más precisas o presionar más, usamos la pala, pequeña o grande según la situación, y en caso de grandes zonas a hundir, la bola, alisando uniformemente con la pala grande (este no es mi caso, pues no hay grandes zonas a hundir). También se puede usar para perfilar (con zonas ya hundidas) el lateral de la pala pequeña.
Hundiendo y tintanto el dibujo
Tras arduas horas de trabajo, obtenemos algo como esto. Bueno igual como esto no, pero seguro que se asemeja al dibujo del que partimos.
Ahora hay que dejar secar la pieza. Una vez seca, procedemos a tintar las zonas hundidas (se podría hacer al revés o tintes a distintos colores, o incluso con betún de Judea).
Para tintar con precisión, ni pincelitos, ni esponjitas, ni ostias… Que al final tintamos lo que no es y puedes intentar limpiarlo con alcohol pero no queda bien, y estropeamos un trabajo que iba como la seda. Así que nos curamos en salud, cogemos el buril de punta, la mojamos en tinte y con paciencia lo tintamos todo.
Hundiendo y tintanto el dibujo
No es el método más rápido (de hecho casi lleva más tiempo tintarlo que hacer el hueco relieve), pero el acabado es maravilloso. Yo, como observareis en las imágenes, he tintado a medida que avanzaba. Me gusta ver que avanzo, más que nada.
Pieza terminada
Finalmente me decante por envejecer un poco el cuero con betún de Judea, y el acabado me gusta mucho, le da un toque mucho más profesional. Luego procedemos a darle una mano de  para nutrir y proteger un poco todo el maravilloso trabajo que acabamos de hacer.
Pieza terminada con betún de judea
Si todo nos ha salido bien, tendremos un maravilloso dibujo en el cuero, que podremos utilizar para múltiples piezas. Espero que os sirva de ayuda a aquellos que no os atrevíais a hacerle perrerías al cuero.


http://el-rincon-del-carton.blogspot.com.es/2008/12/trabajando-el-cuero-1-el-hueco-relieve.html

El Guardián del Umbral


El Guardián del Umbral

“No cruces mi umbral si no estás seguro de iluminarlo con tu propia luz, porque más allá del umbral ya no hay guías que iluminen tu camino”.

¿Quién no se ha preguntado alguna vez si el mundo que percibimos con nuestros sentidos, lo que podemos ver, tocar, oler... es lo único que verdaderamente existe a nuestro alrededor? Nuestros sentidos marcan los límites de la realidad que percibimos cada día, más allá de lo que nuestra percepción sensorial nos muestra no parece existir nada. Sin embargo todo un mundo se extiende más allá de esos límites, un mundo no perceptible por medio de los sentidos de nuestro cuerpo físico (pues no se trata de un mundo físico, con las cualidades que conocemos y sujeto a las reglas que rigen el mundo de los sentidos), un universo que sin darnos cuenta visita cada noche una parte de nuestro ser.
El umbral entre dos mundos
Al igual que los seres humanos no somos tan solo un cuerpo físico, el mundo que habitamos no se limita a lo que podemos ver o tocar; estamos rodeados por energías, fuerzas y seres de los que nuestra conciencia no tiene constancia ya que no forman parte del mundo sensible que nuestros órganos sensoriales son capaces de captar.
La línea que separa el mundo físico del mundo suprasensible o espiritual es un umbral que solo podemos cruzar cuando estamos verdaderamente preparados, cuando nuestro entrenamiento espiritual nos ha convertido en un ser apto para vivenciar esa experiencia y nos ha dotado de los órganos adecuados para percibir el mundo que se extiende más allá de lo físico. En ese umbral es donde tiene lugar el encuentro con el llamado “Guardián del Umbral”, que nos pondrá a prueba y nos advertirá: “no cruces mi umbral si no estás seguro de iluminarlo con tu propia luz, porque más allá del umbral ya no habrá guías que iluminen tu camino”.
El umbral está formado por cada sentimiento de temor y de vacilación ante la idea de tomar las riendas del propio destino y de asumir por completo las consecuencias de los propios actos y pensamientos, y el morador de este umbral es quien se encarga de determinar si nuestro paso es seguro o alvergamos dudas, si estamos preparados o no para traspasar el umbral y, por tanto, si nos dejará o no cruzar al otro lado.
El guardián del umbral
Pero ¿quién es el guardián del umbral?, ¿quién es ese ser que se alza ante nosotros obstaculizándonos el acceso al mundo suprasensible? Se podría decir que el Guardián, o Doble, o Doppelgänger (nombres todos ellos por los que se conoce a este ser) es nuestro propio karma hecho forma; el guardián es un ser astral de naturaleza angélica, un ser autónomo que vive una cercana comunión con el ser humano y lo acompaña a lo largo no solo de toda su vida sino de todas sus encarnaciones. Este ser lleva consigo la suma total de todo el bien y todo el mal que el individuo ha hecho a lo largo de todas sus vidas, por lo que podríamos decir que es una especie de memoria del nuestro carma pasado.
Rudolf Steiner lo ha definido como “el ser espiritual del hombre, compuesto de sus impulsos volitivos, sus deseos y sus pensamientos, que se aparece al iniciado en forma visible (a la hora de cruzar el umbral). Es una forma a veces repugnante y terrible, porque es una creación de los buenos y malos deseos y de su karma, es su personificación en el mundo astral”.
Justo antes de nacer entra en nosotros (albergándose principalmente en el cuerpo etérico) y permanece a nuestro lado durante toda la vida, para dejarnos justo antes de la muerte y volver a entrar en nuestro cuerpo justo antes del nuevo nacimiento, de la nueva encarnación. De manera que siempre está ahí, incluso cuando no somos capaces de verlo con nuestros ojos, el guardián del umbral nos acompaña durante cada segundo de nuestras vidas y a lo largo de toda nuestra historia, encarnación tras encarnación, llevando la cuenta de nuestros actos.
Pero no solo guarda la memoria de lo que hemos hecho, también de nuestros pensamientos, deseos, de cuanto hemos amado y odiado, de todo cuanto configura nuestra evolución como ser humano. Es por ello que este ser es quien debe permitirnos o impedirnos el acceso a un mundo para el que podríamos no estar preparados; en realidad es en cierto modo nuestro protector, ya que acceder a las realidades suprasensibles sin la madurez necesaria podría resultar sumamente desetabilizador para el individuo.
A lo largo de nuestra vida y mientras no somos capaces de percibir su presencia, el guardián del umbral nos protege de un acceso inoportuno a los mundos espirituales, hecho que ocurre cada noche. Me explico: cuando dormimos, nuestros cuerpos físico y etérico (donde moran los sentidos físicos y la memoria, simplificando mucho) se quedan en la cama, mientras que el cuerpo astral y el Yo se desgajan de los otros dos para hacer un viaje más allá del mundo que experimentamos durante el día. El sueño es la forma que el guardián tiene de protegernos, ya que la conciencia y la capacidad de recuerdo se quedan, digámoslo así, en la cama, mientras esa otra parte de nosotros visita un mundo que concientemente no seríamos capaces de entender ni asimilar.
Traspasando el umbral
¿Cuándo vemos, pues, al guardián del umbral? Cuando el discípulo abandona una etapa de su vida para abordar otra significativamente distinta en lo que a espiritualidad se refiere, pasa a otro nivel o está listo para hacerlo. Si ha realizado su trabajo y ha seguido las normal, los límites de su conciencia se han dilatado y flexibilizado, luego está preparado (en teoría) para traspasar el umbral.
Este nuevo nivel se consigue cuando el pensamiento, el sentimiento y la voluntad se han fortalecido lo suficiente como para cobrar más autonomía y separarse; el Yo es entonces el encargado de mantenerlos unidos (no las jerarquías superiores o seres espirituales que anteriormente lo hacían, sino nosotros mismos). Cuando esto ocurre es cuando nos encontramos al guardián del umbral.
Si no está realmente preparado y aún así se llega a este punto, el discípulo no solo no podrá pasar al otro lado sino que la impresión de su encuentro con el doble será tan terrorífica que quedará persuadido de volver a intentarlo por el resto de su vida y, probablemente, por más de una encarnación. Al no reconocer al doble como parte de sí mismo, el individuo entiende a este ser como un monstruo ajeno a sí mismo, su propio orgullo no le deja reconocer en el guardián sus propias faltas y lo percibe como un ser terrible y fantasmal. Pero este encuentro inoportuno solo llegaría a ocurrir mediante el uso de un “atajo” por parte del individuo, como drogas, técnicas de concentración o forzando su conciencia.
Si el discípulo ha seguido los pasos adecuados (de los que más tarde hablaremos) y está preparado para el encuentro con el guardián, éste le mostrará su karma no redimido aún, el doble se muestra entonces como un espejo de los deseos, odios, errores pasados que el discípulo debe compensar. Mostrando las faltas pasadas, el guardián exige una completa toma de conciencia, exige al individuo que tome responsabilidad por estas faltas y compense las malformaciones que le ha causado con ellas. El discípulo, al tomar conciencia de que el aspecto horrible del doble es el producto de sus propias acciones, pensamientos, etc, toma la determinación de trabajar para el embellecimiento de este ser, eliminando mal karma y añadiendo bueno o karma positivo.
Una vez demostrada la capacidad del discípulo para transitar los mundos suprasensibles de forma armónica y equilibrada, es decir, cuando el guardián comprueba que el invididuo que tiene ante sí está preparado para asumir la responsabilidad de vivenciar estas realidades, le deja traspasar el umbral. El discípulo podrá a partir de ahora usar sus facultades superiores, que ha ido previamente desarrollando, para percibir y actuar en los mundos de más de tres dimensiones. De ahora en adelante podrá siempre percibir la presencia del guardián, que le acompañará a través del camino de su evolución y actuará como mediador entre el ser humano y el mundo espiritual. El discípulo se encargará de “embellecer” a esta criatura que forma parte de sí mismo mediante el trabajo espiritual, hasta que el doble haya sido purificado del todo, las faltas pasadas redimidas y su forma sea tan perfecta que se funda con el individuo para siempre. De esta nueva fase hablaremos en futuros artículos.
Traspasado el umbral, el discípulo ya no contará con la luz que antes le ofrecían las jerarquías superiores, solo podrá iluminar su camino con su propia luz; es por ello que, aún en el umbral, el guardián le previene diciendo: “no cruces mi umbral si no estás seguro de iluminarlo con tu propia luz, porque más allá del umbral ya no hay guías que iluminen tu camino”. Será a partir de ahora un individuo autosuficiente que librará sus propias luchas.
Preparación para el encuentro
Pero ¿cómo sabemos si estamos preparados para el encuentro con el guardián del umbral? Estamos preparados si hemos seguido los pasos de una sana evolución espiritual, si nos hemos preparado para afrontar las distintas situaciones de la vida en el mundo físico (pues no estará nunca preparado para el mundo espiritual quien no lo está antes en el físico). El discípulo preparado para esta prueba es alguien que ha vivido atento, despierto, en el mundo sensible; alguien que ha sido capaz de aprender de cada situación que se le ha planteado, tanto buenas como malas, difíciles o dolorosas, alguien que ha hecho frente a la adversidad y ha conseguido lidiar con las dificultades; es una persona que ha estudiado, que se ha impregnado de la cultura pero también ha superado las barreras culturales, y no solo éstas sino también los encasillamientos de género, de nacionalidad, de raza, etc... es una persona que ha llegado a ser más humano y menos “hombre o mujer”, “blanco o negro”, “asiático o europeo”, etc. El discípulo preparado también se ha cultivado intelectualmente, con lo cual posee una amplia base cultural; es un individuo psicológicamente maduro y que se ha preocupado por su desarrollo espiritual con lo cual está mental y anímicamente preparado para enfrentarse al doble.
Sin embargo su karma pasado, sus faltas y errores, suponen un obstáculo para su visión trascendental, componen una especie de velo que le impiden ver con claridad la realidad suprasensible, aún después de atravesar el umbral. Este velo le es mostrado al discípulo por medio de colores: lo que aún no ha sido purificado en ámbito del pensamiento aparece en color rojo; lo que queda por purificar respecto al sentimiento se muestra amarillo grisáceo; lo que aún hay que purificar en la voluntad aparece en un color azul apagado. Todos estos colores forman un telón más o menos grueso que el discípulo deberá ir haciendo más fino hasta hacerlo desaparecer y lograr una visión clara de las realidades espirituales que tiene ante sí. Esto solo se consigue mediante el trabajo espiritual.
Cómo actuar
Para conseguir embellecer al doble, aun sin haberse encontrado con él en el umbral, hay ciertas actitudes que podemos adoptar en nuestra vida, podemos decidir desde este momento actuar de manera que favorezcamos el aspecto del guardián del umbral, al que aún no percibimos conscientemente. Pero antes de pasar a este punto, diremos que si no con los ojos hay otras formas de percibir a este ser durante nuestra vida diaria.
La presencia del doble se nota en el intelecto cuando hacemos uso de un pensamiento frío, duro, sin sentimiento. También se percibe a través del temperamento, en aquello que se vuelve habitual y ejecutamos por inercia, perdiendo por completo el significado o el sentido de un determinado acto; en la pérdida del control de las emociones y cuando ansiamos cosas materiales sin tener control alguno de estos deseos.
Reconocer al doble es el primer paso para redimirle, ser conscientes de su presencia (darnos cuenta, por ejemplo, en los casos antes mencionados) es importante de cara al embellecimiento de este ser. Nuestro pensar debe elevarse por encima de lo material y, por medio de la voluntad, controlar y guiar nuestros propios pensamientos, impidiendo que fluctuen a su libre alvedrío. Los ejercicios de concentración pueden ser útiles en este aspecto. Cuando meditamos sobre verdades espirituales con la calidad del sentimiento puesto en el pensamiento, también contribuimos a mejorar el aspecto de nuestro doble, así como equilibrando nuestros pensamientos elevados e inferiores, manteniendo la mente abierta y ejercitando nuestra fuerza de voluntad.

En resumen, el guardián del umbral no solo nos advierte sobre el peligro de traspasar un umbral para el que no estamos preparados, también nos recuerda que todo cuanto hacemos, pensamos, deseamos, decimos, etc, tiene su eco en el mundo espiritual; nada se puede ocultar, nada se olvida ni se pierde en el pasado. Debemos tomar responsabilidad por nuestros propios actos, tratar de aprender y de guiarnos en la vida por la bondad, las buenas intenciones, el desapego y el amor, pues ello contribuye a purificar a nuestro doble que significa, en realidad, purificarnos a nosotros mismos e iluminar nuestro propio camino espiritual

http://elguardiandekundry.blogspot.com.es/2009/09/el-guardian-del-umbral.html

El Don de Ubicuidad


EL DON DE LA UBICUIDAD : Poder de encontrarse en más de un sitio a la vez.
En el siguiente texto, transcrito de una conversación grabada del Maestro Samael con unos estudiantes de Gnosis, el Maestro comenta -entre otras cuestiones- que tiene el poder de la ubicuidad y algunos trabajos que realiza a traves de este don.
En el Tíbet existía una danza muy curiosa, una serie de bailes muy curiosos sobre zancos, ¿no? individuos disfrazados de diablos, disfrazados con múltiples figuras caprichosas, imitando monstruos, y etc., no era sino para representar a los yoes. Esa era una ceremonia que se hacia pública, parecía un carnaval. Lo entendían los tibetanos, pero no lo entenderían los chinos, y por eso todo eso se volvió secreto. En todo caso, allá tenemos un monasterio: la Orden Sagrada del Tíbet, rodeada de grandes murallas; es bastante grande el edificio con sus salones amplios; amplio patio donde se reúnen a veces los adeptos, etc. Es un monasterio muy antiguo...
Pero no darán los chinos comunistas con el monasterio. Está sumergido en la cuarta vertical; nunca darán con ese monasterio, aunque pasen cerca no lo verán.
D. ¿Es el Shambhala, Maestro?
M. El Shambhala es otra cosa, es otra región.
D. ¿Y el Shangri-La, Maestro?
M. Esa es otra región, son regiones Jinas.
D. ¿A usted le toca ir al Shangri-La?
M. Al Shangri-La... hoy, da dolor, cuando uno contempla el valle de Amitabha invadido por las fuerzas [...] chino-comunistas, da verdadera tristeza... porque en ese valle de Amitabha se celebraban, entonces, muchas fiestas, se hacían muchas fiestas religiosas; estaba lleno siempre de cierta mística espiritual. Y ahora, al ver uno a los chinos comunistas ahí en el valle de Amitabha, siente uno[...]
Para llegar a donde está el monasterio hay que atravesar el valle de Amitabha. Yo conozco todas esas escarpadas montañas del Tíbet, en los Himalayas. Y a muchos viajeros me ha tocado conducirlos por ahí. Oiga bien: me ha tocado conducirlos y me toca conducir a muchos viajeros.
D. A propósito, maestro, se dice que cuando la invasión china, (yo oí algunos comentarios) de que usted había guiado a cierto grupo para protegerlos de los invasores.
M. Sí, hubo que dar ciertas..., pero más bien fueron órdenes esotéricas: tuve que dar ciertas indicaciones, consejos, instrucciones, etc... Tuve que darlas.
Es muy interesante todo eso de los Himalayas. Todavía ahí quedan restos de antiguos reinos, de reinos que existieron en los Himalayas, ya no quedan sino sus huellas, restos [...] conozco muy detenidamente a los Himalayas. El tiempo hoy ha cambiado y de las antiguas ciudades no quedan sino sus ruinas.
Pero es muy interesante la meseta central del Asia. Hay un pequeño grupo de Lamas que ya tienen en su poder las naves cósmicas. Ese pequeño grupo, hoy en día, está apartado del Asia completamente; vive en un lugar inaccesible para los chinos comunistas, en la profundidad, allá, pequeños... Un valle rodeado de montañas enormes, cubiertas de nieve y de hielo; están en una gran caverna [...] un grupo de Lamas; las naves las tienen guardadas secretamente allí. Con esas naves viajan a otros mundos habitados.
De manera que ya hay un grupo de gente de la Tierra que tiene esas naves en su poder y que viaja a otros mundos del espacio. También hay otro grupo, que ya sabemos que es el del Amazonas, ¿no?, que está formado por un grupo de discípulos de Marconi. Y parece que hay otro pequeño grupo también en la Argentina, que tiene las naves. Pero, con quienes estoy en directo contacto, es con el grupo de Lamas tibetanos de los Himalayas, que tienen en su poder las naves cósmicas.
Tienen unas pocas, una pequeña cantidad de naves, pero con esas es suficiente para transportarse a cualquier mundo del espacio infinito, y estar en contacto directo con los extraterrestres, personalmente.
De manera que el mundo no todo es así como lo vemos por aquí: el mundo tiene otras fases, otras formas, otras gentes muy distintas. De buena gana quisiera estar a todas horas viviendo con esas gentes por allá; pero, tiene uno que estar metido por acá, para poder hacer la obra del Padre, poder trabajar febrilmente dando la enseñanza. Si no fuera por eso estaría por allá a todas horas; y digo a todas horas, porque a ratos estoy por allá. Sí, a mí me toca, inclusive en las montañas, me toca a veces dirigir ciertas caravanas. Caravanas de viajeros que no conocen las rutas, y yo sí conozco esas rutas.
D. ¿En astral, Maestro?lamasería
M. Físicamente, físicamente... no te asombres de eso... físicamente y no te asombres de eso...
D. ¿Esos son hombres de grados avanzados o gente común y corriente?
M. Bueno, caravanas que le piden a uno el favor de que los guíe y tiene uno que guiarlos entre montañas.
D. ¿Le llaman, le invocan?
M. No, personalmente, te piden su servicio y no solamente a mí sino a otros guías, soy uno de los tantos... a ver...
D. ¿Usted aparece físicamente allá, por supuesto se aparece con el traje que carga acá en ese momento, o es otro traje; o allá en seguida cambia para [...]?
M. Pues allí uso traje tibetano. Eso de la ubicuidad..., no se asombren ustedes de eso. El fenómeno de la ubicuidad es un fenómeno muy conocido en ciencia Jinas, es apenas normal...
D. Un poder que tenía Milarepa, […] asiste en varias partes al mismo tiempo.
M. Pues, sí, vivir en otro lugar y simultáneamente..., puedo vivir allá simultáneamente y vivir aquí al mismo tiempo.
D. ¿Simultáneamente?
M. Simultáneamente...
D. ¿Y físicamente?
M. ¡Y físicamente!
D. ¿Dice que usted puede hacer eso?
M. Yo me sé mi ciencia... [risas]. Físicamente puedo trabajar allá y guiar viajeros a través de las montañas, y estar platicando con ustedes aquí.
D. Maestro, en su obra El Misterio del Áureo Florecer, dice usted que Milarepa estaba veinticuatro veces al mismo tiempo [...]
M. Sí, es cierto. Milarepa tuvo muy grandes poderes, y al fin y al cabo se lo tragó el Nirvana; allá él, pues cada cual es libre de elegir el camino que sea. Yo, por mi parte, no sigo ese camino yo sigo el camino directo, el de los hombres que renuncian a la felicidad para quedarse trabajando aquí con la humanidad. ¡La directa, que es la mejor! […] [continúa un coloquio en voz baja que no se entiende].
D. [...] Maestro, eso de transportarse físicamente [...] para los países de América [...]
M. No tengo esa orden, para América del Sur, nada; allá voy en astral constantemente, también llevo el cuerpo en estado de Jinas; pero así de ir a vivir allá o... [le interrumpen la respuesta al maestro con la siguiente pregunta].
D. ¿O físicamente aparecer y [...]
M. Pues, voy constantemente: para algunos me hago visible y tangible. No con todos, porque no estamos para satisfacer la curiosidad de [...], pero sí donde sea necesario hacerse uno visible y tangible, lo hago, físicamente, donde sea, no donde no sea; pero sí lo hago cuando es necesario.
D. Maestro, si la cosecha del Movimiento Gnóstico se ha perdido, ¿qué queda por hacer?
M. De estar..., las cosas van mal porque, sencillamente, los hermanos no están trabajando en la disolución del ego. Desde ese punto de vista es que decimos que van mal.
Mientras un hombre no pase por la aniquilación budista, nada ha hecho. Mientras un hombre no trabaje sobre su propia vida está perdiendo el tiempo miserablemente.
La vida es una película, realmente. Con la muerte regresamos al punto de partida de la película, nos la llevamos para la eternidad; con el retorno, traemos nuestra película para proyectarla nuevamente sobre la existencia, sobre el tapete de la vida, pero es la misma, no cambia. Es la misma que se repite de existencia en existencia; la misma película, la de siempre.
Si un hombre no trabaja sobre su propia vida, para modificar esa película, pues está perdiendo el tiempo miserablemente. Al fin se le termina el número de existencias, el ciclo de manifestación y tiene que involucionar entre las entrañas de la tierra. Esa es la realidad de los hechos.
Así, puede haber sido muy gnóstico, si no transforma su vida, pierde el tiempo miserablemente. Y un hombre no transforma su vida mientras no disuelva el ego. Quienes no están trabajando en la disolución del ego, están perdiendo el tiempo miserablemente. Esa es la cruda realidad de los hechos.
D. Maestro, a los gnósticos nos toca muchas veces luchar contra los tenebrosos, por ejemplo, cuando..., en santuarios o así particularmente hay posesos y nos toca hacer conjuraciones de toda especie. Yo quiero preguntarle: ¿ese es un curso que nos toca, por el cual tenemos que pasar, con motivo de..., es decir, para lograr experiencia, o cómo se explica eso, maestro?
M. Los gnósticos, los que estamos en el camino, en la senda nos toca luchar contra sí mismos, contra los tenebrosos que llevamos dentro de nosotros mismos, dentro de nuestra propia casa, eso es normal. Si uno no lucha contra sí mismo está amolado. Tiene que estar luchando por la destrucción de los agregados psíquicos inhumanos que en el interior cargamos. Esa es la cruda realidad de los hechos.
D. ¿Y los posesos?
M. Posesos son posesos; los han habido en todos los tiempos y habrán en el futuro. Eso son casos [...] máquinas, por ejemplo, demasiado indefensas..., que agregados psíquicos ajenos se meten dentro de esas máquinas, eso es todo.
D. ¿A los gnósticos nos toca socorrer en todo momento a esos posesos o en todo lo posible solamente en casos particulares?conversacion con discipulos
M. Pues cuanto se os pide el servicio...
D. ¿Solamente cuando pidan?
M. ¡Sí, así es!
D. Porque uno no se puede estar metiendo...
M. En cosas ajenas; si nos solicitan el servicio nuestro no hay [...]
D. [...]
M. ¡Claro!
D. Mire Maestro, quiero hacerle una pregunta, porque ha habido confusión en muchos hermanos. Todavía, pues, ahora platicando ahí, en la mañana, entré todavía en esa confusión.
M. ¡Aja!
D. Consideran de que la llegada de Hercólubus [...] en el año 1999. Como usted piensa que usted va a extender su doctrina en el Asia, Japón, África, entonces mi pregunta es esta: que si entre unos 10 ó 15 años es ajeno a esa propaganda de la doctrina, a esta gente no le va a quedar tiempo para su auto-realización íntima del Ser, porque ya el Hercólubus se acerca; mas si es en el 2500, entonces sí hay tiempo suficiente. Entonces quisiera que me aclarara esto.
M. La mente de los seres humanos es chistosa: piensa siempre en todas esas cosas. En realidad, de verdad, ¿quién ha dicho que conoce la fecha exacta de la gran catástrofe? No hay sino uno que la conoce, y ese es el Padre que está en secreto.
Que Nostradamus diga que la cuestión sucede en 1999, pues allá Nostradamus. Yo no pienso que sea en el 99. Yo he dicho que en el 2500, pero esa es una fecha simbólica, porque 2 más 5 es 7; quiere decir que cuando el séptimo sello sea rasgado, acaece la gran catástrofe. Esa es la cruda realidad de los hechos.
La humanidad hasta ahora ha rasgado seis sellos, falta que rasgue el séptimo. El primer sello lo rasgó con la primera subraza, en la meseta central del Asia; el segundo quedó rasgado en el sur de la India y en toda el Asia en general, con la segunda subraza; el tercero fue rasgado por la tercera subraza, en Egipto, Caldea, Fenicia, Siria, Babilonia, etc.; el cuarto sello fue rasgado en la época Greco-Romana de los césares; el quinto fue rasgado por los Sajones, Teutones, Ingleses, etc.; el sexto se rasgó cuando los españoles invadieron a la América Latina y se mezclaron con las razas autóctonas; y el séptimo sello está para rasgarse ahora, con la mezcla de todas las sangres del mundo entero en Estados Unidos, Europa, etc., es decir, con el advenimiento de la séptima subraza de la gran raza aria.
Está, pues, para rasgarse el séptimo sello. ¿A qué hora se rasga? yo no lo sé, ni los ángeles del cielo lo saben, ni aún el Hijo, eso no lo sabe sino el Viejo de los Siglos; nadie lo sabe. Lo que sí sé es que está para ser rasgado, porque Hercólubus está a la vista de los astrónomos. Ya los astrónomos hicieron los mapas de la gran catástrofe. ¿Por qué no los publican? Porque está prohibido, ellos están censurados, no les es permitido hacer psicosis colectiva.
Pero, sí tenemos, ustedes han visto el mapa, en AGEACAC; ese fue sacado de una hemeroteca; ese es oficial, es del gobierno; ese es de los astrónomos. Y así como los astrónomos de aquí lo tienen, lo tienen los astrónomos de toda Europa, de Asia y de todas partes. Es oficial, es un asunto ya oficial y de conocimiento de los mismos gobiernos. Sólo que está prohibido divulgarlo para evitar la psicosis colectiva.


http://ageacacmadrid.org/index.php/pagina-principal-gnosis-madrid/145-el-don-de-ubicuidad.html